A cargo de Michele Lauro
El diseñador del Giro, en la etapa calabresa, se ha divertido trazando una arrugada ‘S’ que acaricia el Tirreno y el Jónico en el punto en el que la Bota se estrecha como un tobillo delgado: un aperitivo antes de la Sila, la primera y verdadera montaña. Desde la terraza de Mileto se empieza a remontar la península hacia el altiplano de Vibo Valentia, desde el cual en los días nítidos se puede ver la costa desde Palinuro hasta la silueta del Etna. El Tirreno aparece en el litoral de Pizzo, encaramado a un acantilado con vistas al mar. De la colina de Maida asomada a la plana de Lamezia, en un área donde todavía viven poblaciones de origen albanés, el trazado vira hacia el Este abriéndose el paso entre las colinas. Desde el cerro de Girifalco el aire ya desprende un perfume de mar Jónico, donde se desembarca a la altura del golfo de Squillace. En este tramo de la llamada Costa de los Naranjos las localidades marítimas se han generado al abrigo de los núcleos históricos más cercanos del interior, como Copanello, Squillace y la propia Catanzaro, donde se atraca después del primer tirón del día.
En el penúltimo tramo, sobre las laderas meridionales de la Sila Pequeña se pasa por pueblos de sabor casi alpino, enclavados en las pendientes de las montañas y sumergidos en bosques majestuosos: Gimigliano, Tiriolo, Soveria Mannelli. El valle del Crati y la llanura de Cosenza parecen un breve espejismo antes de volver a subir, de manera más decidida, hasta los 1600 metros del cruce de Monteoscuro. Estamos en el corazón del Parque Nacional de la Sila, un altiplano que se extiende por 2000 kilómetros cuadrados. Entornos de sabor alpino, reino del pino salgareño, panoramas hasta el horizonte, infinitos silencios.
Localidad de veraneo a 1300 m de altura en un maravilloso escenario natural, Camigliatello Silano es sede de excursiones en el Parque y punto de partida de las estaciones de esquí del Monte Curcio (1768 m). En el pequeño núcleo del pueblo la iglesia de los santos Roberto y Biagio merece una visita por el gran mosaico realizado sobre una superficie de más de 100 metros cuadrados y con casi un millón de piezas, y el Museo Narrante de la Emigración denominado La Nave de la Sila, centrado sobre el fenómeno que marcó la historia de la región. Cerca de Camigliatello la carretera nacional 177 cruza un área protegida del Parque nacional de la Sila hasta el fondo de una amplia cuenca de campos y prados donde se halla el lago artificial de Cecita, accesible desde el Centro Visita Cupone a través de una red de recorridos naturales.
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